La compra por audiencia está agotada: la IA multimodal abre paso al análisis contextual de escenas, reconfigurando la estrategia de agencias, publishers y anunciantes.

El modelo híbrido de The New York Times de direct deals, data y curation ha convertido la programática en un canal de premiumización y demuestra que la sostenibilidad pasa por reforzar el valor editorial.

La data no es magia, es un espejo y la mayoría del sector no soporta mirarse en él. Sin acción, integración real y ROI en euros, los dashboards son puro teatro.

¿Se puede ganar en publicidad sin poseer datos? WPP dice que sí, apostando por un modelo federado que conecta datos de terceros en lugar de comprarlos, un movimiento arriesgado.

OpenSincera abre a los publishers las métricas de calidad que hasta ahora solo veía el buy side. Una mejora en transparencia, sí, pero también un movimiento de poder: TTD define qué es “calidad” en la Open Web.

El media buying está dejando de ser una disciplina basada en canales y audiencias. En la era de la IA lo que importa no es dónde aparece un anuncio, sino qué señales se generan y cómo se activan.

Las extraprimas son uno de los grandes tabús de la publicidad digital: acuerdos opacos que condicionan la planificación de medios, distorsionan la transparencia y generan conflictos de interés.

Retail Media, CTV e IA ya no son tendencia: los grandes players construyen fortalezas en torno a datos y algoritmos. Si no estás en el triángulo, acabarás siendo la variable a optimizar.

Un mismo publisher, tres SSPs, tres niveles de visibilidad. En la era del CTV y el data-driven media, la incoherencia en los metadatos puede estar saboteando el performance, la transparencia y la confianza.

La programática está rota, cariño. Y mientras tú finges que ese CTR del 0,03% es "estratégico", alguien con nombre y apellidos ha decidido prenderle fuego al stack entero y reemplazarlo por cerebros... artificiales, claro.

La diferenciación en AdTech ya no ocurre en el pitch, ocurre mucho antes. Las empresas que ganan no son las que mejor venden, sino las que mejor educan, escuchan y se muestran con criterio en los espacios donde se construye la confianza.

Lo inquietante no es que The Economist trabaje con IA. Lo inquietante es que haya entregado su edición más icónica a una interfaz genérica, perdiendo tono, jerarquía y contexto editorial en el camino.

Cuando las inteligencias artificiales entrenan unas sobre otras, sin datos reales de base, entramos en una espiral de distorsión. En publicidad, ya conocemos ese juego.

En un mercado cada vez más fragmentado y automatizado, los agentes inteligentes emergen como alternativa operativa real y eficiente, dejando al DSP clásico en una posición cada vez más residual.

Tras semanas de desconexión, volver al sector significa enfrentarse al terremoto bursátil de The Trade Desk: la caída del 38% en bolsa ha desatado un debate que va mucho más allá de Wall Street.

La revolución Agentic no es otra ola más en AdTech: es una reconfiguración completa del sistema. No sustituirá a los DSPs o a los publishers de golpe, pero moverá el centro de gravedad.

Las tasas dinámicas permiten que algunas plataformas SSP usen el dinero de los publishers para pagar inventario... del propio publisher. ¿Optimización? No: explotación estructural.

La práctica del bid throttling emerge como una estrategia crítica para que los publishers recuperen el control sobre su inventario programático, reduzcan latencia y prioricen socios que realmente aportan valor.

Walmart no adopta IA, la reinventa como motor del retail. Con Sparky, Marty y agentes autónomos, marca el fin del buscador y el inicio de una nueva era comercial.

El in-banner video regresa, erosionando el valor del vídeo premium y confundiendo la línea entre monetización responsable y saturación publicitaria, en una carrera que pone en riesgo al open web.