Juicio Google, días 8 y 9: complejidad “arma blanca” y el límite real de los remedios conductuales
Los dos últimos días del juicio contra Google han girado sobre un mismo eje: ¿qué hacer con AdX? El tribunal busca una solución eficaz y ejecutable; la industria insiste en que la vía conductual no corrige incentivos. Ese choque se ha visto en pequeño en un episodio muy concreto: el “bug” que impediría desde hace meses que un gran publisher social venda vía PubMatic en Open Bidding mientras DV360 continúa empujando inversión hacia AdX.
Google (a través de Levitte) reconoció problemas en GAM, DV360 y PubMatic que se estarían abordando desde febrero, es decir, no hay intencionalidad, pero sí complejidad. Lectura antitrust: incluso asumiendo buena fe, el outcome práctico es el mismo. Fricción en la ruta competitiva y flujo de demanda al camino donde Google captura más valor. Es justamente el tipo de “microtraba” que los remedios conductuales no disuaden, porque no penaliza al incumbente mientras la monetización sigue intacta.
La “espaguetización” como defensa: complejidad, dependencia y retórica del imposible
Los peritos técnicos de Google han tensado al máximo la narrativa de la complejidad insalvable. Diagramas de dependencias, referencias al “Core” (Borg, Spanner, Colossus), metáforas (“reemplazar el Michael Jordan de las bases de datos”) y comparaciones de nubes privadas vs. públicas dibujan un escenario en el que divestir AdX/DFP sería una odisea de 5–10 años sin garantías de éxito. Encontramos tres apuntes críticos:
Selección interesada del marco: El experto Nieh se centró casi en exclusiva en el caso “divestir hacia public cloud”. El expediente del DoJ, por lo que has compartido, no exige desmantelar data centers ni replicar la totalidad del “Core”. Plantear el peor de los mundos refuerza la tesis de “imposible práctico”, pero no es el único diseño plausible.
Contradicción con documentos internos: Según se relató en días previos, cronogramas internos manejaban plazos sensiblemente menores para escenarios de separación. Frente a eso, la defensa pidió confiar en la palabra de sus testigos y devaluar sus propios documentos como “brainstorming”. En términos probatorios, es una línea débil: cuando el cálculo interno contradice la retórica externa, el tribunal tiende a priorizar el papel frente a la memoria selectiva.
Complejidad ≠ inexigibilidad: La complejidad técnica no es argumento antitrust per se. Si la arquitectura refuerza un conflicto de interés (operar subasta, concentrar demanda y controlar datos/página), el remedio debe reordenar incentivos. Que el sistema actual sea muy eficiente “porque todo vive dentro de casa” no justifica mantener el poder de mercado que esa integración consolida.
Seguridad y “bowl de espaguettis”: alcance real vs. FUD
La declaración de Heather Adkins (seguridad) elevó el riesgo sistémico de mover productos “Core” y alertó sobre open source y nubes públicas. Es razonable exigir higiene y diseño en cualquier migración, pero: el propia Google usa y “open-sourcea” componentes críticos (Chromium, partes de Android) y opera con 19.000 componentes OSS en su base de código. GCP hospeda sectores regulados (finanzas, etc.) que exigen estándares de seguridad equivalentes o superiores a los de la media del mercado. El DoJ subrayó que no todo GAM depende de los “Core” citados y que la seguridad es diseñable bajo APIs y controles adecuados. En otras palabras, la seguridad no es un bloqueo, es un requisito de implementación.
En lo económico, el intercambio con Lerner iluminó el dilema: si se preserva la topología (AdX + acceso privilegiado a demanda de Ads) y se confía en compromisos conductuales, ¿qué cambia de verdad? Se citó en sala que AdX mantiene una cuota muy superior al siguiente rival (cifras de un dígito para el segundo vs. ~42% para AdX a enero de 2025). La persistencia de esa asimetría, pese a fluctuaciones, cuestiona que la competencia “se recupere sola” con promesas. La demostrativa del DoJ (metáfora de autopistas y conductas) dejó algo claro: cada nueva “fricción” exigiría nuevo pleito si no queda cubierta en la orden. Esa es la trampa de los remedios conductuales en mercados de alta complejidad técnica: weaponized complexity como escudo permanente.
¿Qué sería lo “mínimo” suficiente para restaurar competencia?
Si uno condensa el expediente de estas jornadas, emerge una matriz de decisión:
Remedios conductuales + monitorización (5–10 años)
Pros: implementación rápida, menos shock operativo, menos riesgo de “desalineaciones” técnicas.
Contras: incentivos intactos, trazabilidad limitada de microconductas, judicialización crónica ante cada “incidencia”.
Separación estructural (AdX) con garantías de interoperabilidad (p. ej., bidding en Prebid, acceso no discriminatorio a demanda, APIs auditables)
Pros: desactiva el conflicto de interés de raíz, alinea incentivos de sell-side con publishers y devuelve espacio competitivo.
Contras: coste de transición, riesgo de degradación temporal si el plan de migración no está gobernado y secuenciado con oficio.
El propio “inventario” de argumentos de Google acaba involuntariamente subrayando por qué la integración vertical ha sido tan ventajosa para Google. Y ahí está la clave: si el beneficio viene de la integración, un remedio que mantiene la integración difícilmente corregirá la asimetría.
Hacia dónde parece inclinarse el tribunal
La jueza Brinkema ha mostrado cautela y cierta preferencia por soluciones conductuales, atendiendo a ejecutabilidad y riesgos. Pero el desgaste de testigos, la contradicción con documentos internos y la insuficiencia probatoria de la “complejidad bloqueante” debilitan el relato de “imposible práctico”. La pregunta de fondo no es si separar AdX es cómodo, sino si sin separarlo puede restaurarse una competencia funcional. El expediente sugiere que no.
Qué queda para la recta final
Tres temas importantes para la recta final del juicio:
Declaraciones de publishers (como por ejemplo Stephanie Layser) para concretar los efectos prácticos de PMPs, latency games y acceso a demanda.
Cruce a Nieh: si el DoJ aterriza que “complejidad” ≠ “inexigibilidad” y fuerza a delimitar qué parte del “Core” sí es sustituible para AdX/DFP sin desmontar Google, el frame cambia.
Objetivo declarado de la orden: si la jueza asume que erradicar el poder de monopolio en sell-side es un objetivo legítimo del remedie (no solo “desatar” conductas puntuales), el espacio para conductual puro se estrecha.
Puntos clave:
Weaponized complexity: la defensa técnica sobredimensiona dependencias y riesgos; el expediente sugiere que “difícil” ≠ “imposible”, y que los incentivos son el problema real.
Conductual vs. estructural: episodios como el “bug” de Open Bidding muestran por qué las fricciones sobreviven a las promesas; sin cambios de perímetro, la asimetría se mantiene.
AdX es la bisagra: separar AdX reordena incentivos en el sell-side; mantenerlo dentro de Google —aunque sea con compromisos— prolonga el conflicto de interés que originó el caso.
Este resumen lo ha creado una herramienta de IA basándose en el texto del artículo, y ha sido chequeado por un editor de PROGRAMMATIC SPAIN.
