Gemini con anuncios en 2026: el rumor, el desmentido y lo que revela del verdadero plan de Google

Hay semanas en las que la industria se mueve por anuncios oficiales y otras en las que el movimiento relevante es el espacio entre un rumor creíble y un desmentido quirúrgico. Esta entra en la segunda categoría.

A partir de conversaciones con compradores de agencias, ha circulado el rumor de que Google estaría preparando anuncios en Gemini para 2026. La pieza original lo presenta como un plan distinto al despliegue publicitario en AI Mode, la experiencia de búsqueda con IA lanzada en marzo. Poco después, Google ha insistido públicamente en que las conversaciones en la app de Gemini no se están usando para mostrar anuncios y que cualquier cambio futuro se comunicaría con claridad.

No estamos ante una contradicción menor, sino ante una gestión deliberada del calendario y, sobre todo, del riesgo. Porque una cosa es evolucionar Search hacia una experiencia de respuesta asistida, un territorio donde el usuario ya espera que exista un motor comercial detrás de la intención, y otra es introducir publicidad en un asistente conversacional que aspira a convertirse en interfaz diaria de productividad, descubrimiento y toma de decisiones. En el primer caso, la monetización es continuidad, en el segundo, es sensibilidad reputacional. Este es el matiz estratégico.

AI Mode es el heredero natural de la economía de las keywords. Ahí se entiende que Google busque formatos nuevos que preserven el valor de la intención sin romper la experiencia. Gemini, en cambio, vive en un entorno mucho más íntimo: una conversación con contexto, multi-turn, menos mecánica y más humana. Si colocas un anuncio ahí con torpeza, no solo dañas el producto, pones en duda la confianza del usuario en el asistente como intermediario neutral. Por eso el discurso público es conservador incluso si, internamente, el mapa de ruta explora esas posibilidades.

Y si esa monetización llega, difícilmente se parecerá a lo que la industria entiende hoy por “formatos de performance”. El error sería imaginar banners con piel de chatbot. Lo plausible es otro tipo de integración: recomendaciones patrocinadas contextualizadas, sugerencias dentro de momentos de decisión y llamadas a la acción que no rompan el hilo conversacional. Publicidad que se camufla como utilidad o, mejor dicho, utilidad que el usuario acepta como publicidad porque encaja con su intención. Esto reordena el trabajo de agencia de forma más profunda de lo que parece.

Durante años, el músculo operativo se midió en optimización de inventario y capacidad de negociación. En un mundo de interfaces conversacionales, el centro de gravedad se desplaza hacia la lectura de señales semánticas, la conexión con identidad y la construcción de creatividades que funcionen en un flujo narrativo que no empieza ni termina en un click. En paralelo, el impacto para publishers es inevitable. Cada paso que dan los grandes modelos hacia respuestas más completas reduce fricción y reduce salidas a la Open Web, y eso a su vez, eleva el peso de los entornos con señal first-party robusta, de las alianzas de medición y de cualquier infraestructura que permita demostrar impacto sin depender de rutas de atribución clásicas.

Aquí es donde la noticia deja de ser “Gemini tendrá anuncios” para convertirse en algo más incómodo: la confirmación de que la pelea ya no es solo por inventario, sino por interfaz. Quien controle la interfaz controla el punto de decisión y quien controle el punto de decisión decide qué se muestra, cómo se mide y a qué precio se compra la atención.

Mirado así, lo relevante de 2026 no será si vemos un formato publicitario dentro de Gemini, sino ver cómo Google construye una narrativa de valor que haga esa monetización aceptable para usuarios, defendible para marcas y operable para agencias sin canibalizar el equilibrio delicado entre utilidad y confianza.

Si hay un mensaje estructural para el mercado, es este: el futuro de la publicidad conversacional no se resolverá con más inventario ni con más CPM’s, se resolverá con diseño de experiencia, con estándares de identidad y con una nueva definición de “intención” que no cabe en una keyword.

Puntos clave:

  • El cruce entre el reporte de posibles anuncios en Gemini y el desmentido público de Google sugiere una estrategia de monetización cuidadosamente secuenciada, especialmente diferenciando search con IA y asistente conversacional.

  • Si Gemini se monetiza, el formato más razonable será integración nativa en diálogo y utilidad, no publicidad tradicional “puesta” dentro del chat.

  • Para agencias y publishers, el cambio real es estructural: la batalla se desplaza hacia la interfaz, la señal semántica y la medición sin dependencia del click.

Este resumen lo ha creado una herramienta de IA basándose en el texto del artículo, y ha sido chequeado por un editor de PROGRAMMATIC SPAIN.

 
Gossip Boy

Profesional senior del sector publicitario. Por razones obvias, escribe bajo pseudónimo. Experto en programática, estrategia de medios y estructuras de poder en el ecosistema digital.

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