‘ROPO Revolution: la paradoja humana de compra entre clicks y calles’, por Pablo Berraondo (Beyup)
Vivimos en una época en la que lo digital y lo físico ya no compiten, coexisten. Ambos se influyen mutuamente, se entrelazan, enriquecen y explican. Es una danza silenciosa entre pantallas y escaparates, entre el dedo que desliza en el móvil y el paso que cruza la puerta de una tienda. En este contexto vital híbrido, emerge un fenómeno profundamente humano: el ROPO (Research Online, Purchase Offline). Una práctica cotidiana, casi inconsciente, que refleja la complejidad de nuestras decisiones no sólo como consumidores, también como personas.
El ROPO no es solo un patrón de consumo. Es una metáfora de la dualidad que al ser humano contemporáneo le ha tocado vivir. Confiamos en el algoritmo para guiarnos, pero necesitamos tocar, oler, sentir antes de decidir. Buscamos certezas digitales, pero encontramos consuelo en lo tangible, necesitamos certidumbre. ¿No es esta una de las grandes paradojas del siglo XXI?
Cada día millones de personas exploran en internet un producto, lo comparan, leen reseñas, y luego caminan hasta una tienda para tomar la decisión final. O hacen justo lo contrario: descubren algo en la calle y luego lo buscan con más calma en la intimidad de su pantalla. Este comportamiento, tan humano como contradictorio, ha venido desafiando las estructuras clásicas del marketing, porque no hay una línea clara entre lo digital y lo físico, todo es parte de una misma experiencia vital. Las certidumbres modernas se aclaran con métodos modernos.
Un nuevo humanismo del dato
La pregunta ya no es si este comportamiento existe (lo asumimos como natural), sino cómo podemos entenderlo, medirlo y respetarlo. ¿Cómo traducimos esta coreografía diaria de búsqueda y decisión en conocimiento útil para marcas que quieren realmente conectar con las personas trascendiendo al consumidor?
Aquí entra en juego una nueva generación de tecnologías que observan sin invadir, que interpretan sin reducir al individuo a un dato. Herramientas tecnológicas como GeoQ, desarrollada por BEYUP, incorporan un enfoque etnográfico y georreferenciado. No buscan sólo saber qué compramos, sino por qué lo hacemos, desde dónde, en qué momento del día, con qué estado de ánimo. Es la etnografía de la vida cotidiana aplicada al consumo. Porque detrás de cada click y cada compra hay una historia.
ROPO somos todos
ROPO es el reflejo de una sociedad que navega entre mundos: entre el apuro y la pausa; entre lo virtual y lo real. A medida que este fenómeno se hace más complejo, también se abre la puerta a un marketing más inteligente, más respetuoso y más humano. Un marketing que ya no habla a audiencias sino a personas con historias cruzadas por lo digital y lo físico.
En el mundo de los datos, del volumen y de la masa, lo realmente relevante es la persona, el conocimiento, la hiperpersonalización, la estrategia local, lo personal, lo íntimo. La sensación de cercanía y acompañamiento constante. El 24/7 y el análisis del mismo en su contexto cambiante y ahora, ROPO mediante, predecible.
Del ROPO al ROPI
Y mientras las marcas se preguntan cómo adaptarse, la respuesta está en la comprensión profunda del comportamiento. No es solo ROI, es ROP-I: Return On Personal Insight. Porque entender el ROPO es entender cómo viven, eligen y sienten las personas. Porque al final del día, lo que buscamos (cuando investigamos, cuando compramos, cuando decidimos) es lo mismo de siempre: comprender el mundo… y sentir que nos comprende a nosotros.
Pablo Berraondo, CSO de BEYUP by GeoQ
