‘Seguridad psicológica en AdTech: la clave para liberar el talento’, por Patricia Iglesias
Trabajamos en una industria (y en una sociedad) increíblemente exigente. Sabemos que prima la velocidad. Que se valoran la optimización, el rendimiento, los datos... Y que todo eso puede ser apasionante… pero también puede ser abrumador. En este contexto, una palabra (que para muchas personas todavía suena “blanda”) empieza a ocupar el lugar que merece: seguridad psicológica.
Y no, no es una moda (aunque lo parezca). Es una necesidad estratégica.
¿Qué es exactamente la seguridad psicológica (y por qué importa aquí)?
Amy Edmondson, una de las grandes referentes en este tema (y una de las personas a las que más admiro en relación a este concepto), define la seguridad psicológica como la creencia compartida de que en un equipo podemos expresarnos sin miedo a ser castigados/as o humillados/as. Sin miedo a parecer incompetentes, a decir algo fuera de lugar o a mostrar vulnerabilidad.
En AdTech, esto se traduce en algo muy concreto: que podamos levantar la mano cuando algo no está funcionando, decir “no sé” sin vergüenza, proponer mejoras aunque supongan romper lo establecido, o simplemente admitir un error sin que eso nos cueste nuestra reputación o tengamos miedo a perder el empleo.
Si no se puede hacer eso, entonces no hay innovación. Solo hay cumplimiento. Y el cumplimiento, en un sector que cambia cada día, no es suficiente.
¿Qué tiene que ver con la productividad y la innovación? Todo.
Podríamos pensar que este concepto tiene más que ver con el clima o con el “buen rollo”. Pero no. Tiene que ver con los resultados.
Los equipos con seguridad psicológica se atreven a experimentar.
Detectan errores antes.
Piden ayuda antes de que se desborde el problema.
Se comunican mejor.
Y colaboran con más confianza.
La seguridad psicológica no ralentiza los procesos: los acelera. Porque evita cuellos de botella, reprocesos y silencios dañinos. Y además, hace que las personas se queden. Porque se sienten parte de algo, y aumenta su compromiso.
Diagnosticar antes de intervenir: modelos como bSafe
Antes de implementar acciones, conviene entender el punto de partida. Hay herramientas como bSafe (un modelo propio de diagnóstico), que permiten medir de forma estructurada el nivel de seguridad psicológica en equipos. Se trata de analizar variables como:
Libertad para expresar ideas.
Reacción del entorno ante los errores.
Capacidad para cuestionar decisiones.
Confianza entre pares y con líderes.
Diagnosticar nos ayuda a no actuar por intuición, sino por evidencia. Porque no todos los equipos necesitan lo mismo. Y porque seguridad psicológica implica coherencia, límites claros, y mucho trabajo cultural.
¿Y qué pasa con los equipos de tecnología?
En los equipos de tech, la seguridad psicológica es clave para que exista:
Innovación real: si nadie se atreve a cuestionar una arquitectura, una decisión técnica o un backlog, el equipo solo ejecuta. No crea.
Colaboración horizontal: muchas veces hay jerarquías implícitas (los/as “senior”, los/as “referentes”) que, si no se gestionan bien, generan silencios y resentimientos.
Aprendizaje colectivo: compartir errores y aprendizajes técnicos requiere un entorno sin juicio. Si no, se oculta.
Prevención de burnout: el miedo constante a “quedar mal” genera un sobreesfuerzo que pasa factura. Y más en entornos donde se trabaja en remoto o con metodologías ágiles mal entendidas.
¿Qué podemos hacer en tech para fomentarla?
Crear espacios de revisión técnica donde se validen ideas, no solo resultados.
Fomentar el pair programming no como control, sino como aprendizaje.
Promover feedback 360 también entre perfiles técnicos.
Hablar abiertamente de los errores como oportunidades de aprendizaje.
Formar a los/as tech leads en escucha activa, no solo en liderazgo técnico.
Y sobre todo: asegurar que las decisiones no se toman solo “por seniority”, sino por conversación y criterio.
¿Y en los equipos de ventas?
Los equipos de ventas viven otro tipo de presión: la presión comercial, el target, el “¿has cerrado ya esa cuenta?”. Esto puede llevar a que muchas personas oculten dificultades, sobreprometan para evitar un conflicto, o simplemente no digan que están saturadas por miedo a parecer poco comprometidas.
La seguridad psicológica en ventas es permitir:
Que la información fluya sin filtros (y sin miedo).
Que las personas digan “no voy a llegar” o “necesito ayuda” sin temor.
Que las propuestas se construyan entre varias personas, no como competición interna.
Que los errores de forecast, de briefing o de relación con cliente se analicen… sin buscar culpables.
¿Qué podemos hacer en ventas para fomentarla?
Reuniones de equipo donde se hable de obstáculos, no solo de logros.
Reconocimiento también a quien comparte aprendizajes de errores.
Formación en gestión emocional y autoconfianza, no solo en técnicas de venta.
Espacios 1:1 donde se pueda hablar de carga emocional sin ser penalizado/a.
Líderes que no solo persigan números, sino que construyan vínculos.
Y muy importante: romper la narrativa del “aquí sobrevive quien aguanta más”. Porque eso es una fábrica de burnout.
Tips transversales para ambas áreas
Además de las acciones específicas para tech o ventas, hay elementos comunes que ayudan a construir seguridad psicológica en cualquier equipo:
Modelar desde el liderazgo: si los/as líderes no reconocen errores ni muestran vulnerabilidad, el equipo no lo hará. Punto.
Establecer normas de conversación seguras: cómo se habla, cómo se responde, cómo se plantea una crítica… Todo influye. Acordar entre todos/as qué significa “respetar”.
Medir (más allá del clima): encuestas específicas de seguridad psicológica o preguntas cualitativas pueden dar señales muy claras. No todo está en los “eNPS”.
Integrar el feedback como cultura: no como evento. Como conversación constante, amable y útil.
Celebrar la mejora, no solo el éxito: valorar el progreso, los aprendizajes, la evolución. No solo el cierre, la optimización o el acierto.
Formar a las personas en autoconfianza: la seguridad psicológica también nace de sentir que una tiene herramientas. Que puede. Que sabe. Que si se equivoca, no se acaba el mundo.
¿Y qué ganamos con esto en AdTech?
Seguridad psicológica no es solo bienestar. Es rendimiento sostenible. Es innovación real. Es fidelización de talento. Es cultura fuerte. Es cohesión en la adversidad. Es crecimiento. Y es una ventaja competitiva silenciosa.
Porque mientras otras empresas pierden tiempo en corregir errores por falta de comunicación, o en rehacer lo que se podía haber hablado antes, las que tienen equipos psicológicamente seguros… avanzan. Y lo hacen más rápido, con menos fricción, y con más compromiso.
Construir seguridad psicológica no es “hacer que la gente esté cómoda”. Es crear entornos donde las personas puedan dar lo mejor de sí mismas sin miedo. Y sí, también poniendo límites, normas y teniendo conversaciones en las que no se esté de acuerdo. Pero con respeto, tolerancia y asertividad. Con valentía.
Es liderar desde la confianza. Es organizar desde la empatía. Es innovar desde la conversación. Y sí, también es vender más. Optimizar mejor. Decidir antes. Porque al final, lo que no se dice, se estanca. Y lo que se puede decir con libertad, transforma.
En tech, en ventas, y en cualquier rincón de esta industria que, si quiere seguir evolucionando, necesita menos silencio… y más verdad.
Por Patricia Iglesias, Chief People & Culture Office de Techsoulogy
