Google, Nest y la ética de la obsolescencia conectada
Según cuenta The Verge, Google ha desconectado la funcionalidad remota de los primeros termostatos Nest Learning, algo “normal” en cualquier ciclo de vida de un producto, pero lo que no dijo Google es que, pese a eliminar soporte, actualizaciones y control por App… los termostatos siguen enviando datos a Google: temperatura, humedad, luz ambiente, movimiento, etc. ya no puedes usarlos desde el móvil, pero siguen alimentando su nube, una especie de “ghost mode” institucionalizado.
El hallazgo lo ha hecho el ingeniero Cody Kociemba al clonar las APIs de Google para rehacer, por iniciativa propia, las funciones que el fabricante había capado. Esta investigación reveló lo que todos sospechamos pero no podíamos demostrar: lo complicado no es apagar la conexión, sino decidir dejarla encendida.
El negocio no está en el producto… Está en el dato
Esta historia es más que una anécdota técnica, se trata de un retrato nítido de una estrategia más amplia: el hardware como vehículo, la telemetría como fin. Google no da soporte, no repara, no actualiza… pero sigue capturando datos, y esos datos ya no se usan “para mejorar el servicio” porque el servicio ya no existe. Lo que se mantiene vivo no es la experiencia: es el flujo de señales. Lo peor de todo es que no es un hecho aislado, sino una crónica silenciosa de la “obsolescencia conectada”, un modelo en el que los dispositivos dejan de funcionar para ti, pero nunca dejan de trabajar para ellos.
El precedente que deberían estar analizando las marcas
Cualquier anunciante, retail media network o publisher que apueste hoy por la First-Party Data debería leer esto como advertencia: ¿qué significa “propiedad del dato” en un entorno donde el fabricante puede seguir recogiéndolo aun cuando el servicio ya no está operativo? ¿Cuánto tardará esto en ser objeto de una sanción europea? ¿Qué regulador liderará este debate, y con qué criterios? En publicidad, la relación con el usuario se basa en consentimiento, trazabilidad y custodia responsable. En dispositivos conectados, ese marco todavía no ha llegado, al menos no de forma operativa. Si un termostato puede seguir enviando señales después de quedar “fuera de servicio”, ¿cómo aplicamos eso a coches conectados, televisores, asistentes de voz o plataformas IoT de retail?
Google y la paradoja del “no soporte”
Recordemos que el mismo Google reconoce que no puede dar asistencia técnica a esos dispositivos, ¿entonces, para qué necesita tener acceso a logs con métricas de presencia, luz y comportamiento ambiental? Una de dos, o bien no han cerrado el flujo por descuido (algo difícil de creer con un actor así), o el flujo es más valioso que el servicio, si bien ni uno ni otro suenan bien. Esto nos lleva a otro punto incómodo: cuando se habla de "prime time de los datos", muchos imaginan estrategias de media, CDP, data clean rooms y algoritmos de bidding, pero el núcleo duro sigue siendo lo básico: dónde, cómo y para qué se recogen datos de un usuario. Esto va más allá de la programática, es infraestructura ética.
Lo que el caso Nest anticipa para el ecosistema publicitario
Los que trabajamos en programática sabemos cómo funcionan las cosas. Primero se niega, luego se minimiza, y al final se normaliza. Vimos cómo el tracking masivo se camuflaba en “mejora de la UX”, lo mismo que pasó con el fingerprinting y ahora le toca a la obsolescencia conectada. Lo inteligente es ver el patrón, porque este caso abre preguntas que no van a desaparecer:
¿Quién decide cuándo un dato debe dejar de circular?
¿Qué derechos tiene un usuario sobre un dato generado por un dispositivo que técnicamente ya no funciona?
¿Qué papel deberían jugar los reguladores en los flujos de datos post-servicio?
Lo que Google está haciendo con Nest no es innovación, es control estructural y en esta industria sabemos que quien controla el dato, gobierna la cadena de valor.
Puntos clave:
Google sigue recopilando datos de dispositivos Nest sin soporte operativo. No hay control remoto, pero sí flujo de señales.
Esto pone encima de la mesa un concepto crítico: obsolescencia conectada, o cómo un producto deja de servir al usuario pero sigue sirviendo al fabricante.
En un ecosistema publicitario que se mueve hacia el determinismo, este caso anticipa tensiones legales, éticas y comerciales en la gestión y legitimidad de los datos post-servicio.
Este resumen lo ha creado una herramienta de IA basándose en el texto del artículo, y ha sido chequeado por un editor de PROGRAMMATIC SPAIN.
