Paramount contraataca con una OPA hostil tras la oferta de Netflix por HBO Max

La consolidación del entretenimiento global acaba de entrar en una fase de máxima tensión. Paramount Skydance ha presentado una OPA hostil por el 100% de Warner Bros. Discovery (WBD) valorada en 108.400 millones de dólares (deuda incluida), un movimiento que busca frenar (o directamente desestabilizar) el acuerdo anunciado el pasado viernes por Netflix para hacerse con los estudios y los activos de streaming de Warner, incluida HBO Max, por unos 83.000 millones de dólares.

A simple vista, la propuesta de Paramount parece más agresiva: ofrece 30 dólares por acción íntegramente en efectivo, frente a los 27,75 dólares por acción de la oferta de Netflix, articulados mediante una combinación de caja y acciones. Sin embargo, la comparación no es lineal. Netflix no aspiraba a todo el conglomerado, sino a su núcleo de valor en contenidos y streaming. Paramount, en cambio, quiere comerse la “tarta completa”: estudios, HBO Max y el paquete de canales tradicionales de WBD, donde figuran activos como CNN y otras marcas históricas del cable.

Este matiz explica la lectura ambivalente del mercado. Las acciones de Warner llegaron a repuntar alrededor de un 8% tras conocerse la OPA, pero se mantuvieron por debajo de los 30 dólares ofertados, un síntoma de que los inversores están ponderando el riesgo de ejecución de una operación hostil de este tamaño, y el potencial choque con el acuerdo ya firmado con Netflix.

Y aquí entra el primer gran freno: las cláusulas de ruptura. Según la información disponible, si WBD decide romper el pacto con Netflix para aceptar una alternativa, tendría que abonar una comisión cercana a los 2.800 millones de dólares. En sentido inverso, si el acuerdo de Netflix fracasa por motivos atribuibles a la compañía o por no obtener luz verde regulatoria, Netflix pagaría a WBD alrededor de 5.800 millones de dólares. Estas penalizaciones no bloquean un cambio de rumbo, pero elevan mucho el coste de girar el timón.

La segunda capa es financiera. Paramount Skydance es significativamente más pequeña que Netflix en dimensión bursátil, y su movimiento obliga a sostener un plan de financiación muy robusto. La oferta estaría respaldada por capital de la familia Ellison y RedBird Capital, y por una arquitectura de deuda con compromisos de hasta 54.000 millones de dólares a través de entidades como Bank of America, Citi y Apollo Global Management. Además, las fuentes apuntan a la participación de inversores internacionales, entre ellos vehículos de Oriente Próximo y la firma Affinity Partners, vinculada a Jared Kushner.

El tercer plano es regulatorio y político, y probablemente el más delicado. La propia Paramount está enmarcando su propuesta como una salida “más clara” frente a una integración Netflix-Warner que, por escala y peso en streaming, podría activar un examen antimonopolio especialmente intenso. En paralelo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya ha señalando públicamente que seguirá el proceso de revisión del acuerdo de Netflix por el posible aumento de concentración del mercado. Esta declaración introduce un factor de volatilidad adicional en un movimiento que, por dimensión cultural e industrial, ya estaba destinado a un escrutinio severo.

En el fondo, lo que se está discutiendo no es solo quién se queda con HBO. Es quién controla la próxima década del entretenimiento premium y la transición ordenada, o no, desde el cable hacia un modelo totalmente dominado por plataformas globales. Netflix busca reforzar su IP y producción, dejando atrás la era de crecer casi exclusivamente por músculo orgánico. Paramount quiere construir un gigante integral con estudios, streaming y cable bajo un mismo techo, y convertir su apuesta en un contrapeso real frente al líder del mercado.

Para el ecosistema publicitario, especialmente en CTV, el caso es igual de relevante. Si Netflix termina integrando HBO Max y el corazón creativo de Warner, el inventario premium quedaría todavía más concentrado en unos pocos players capaces de controlar catálogo, data, pricing y acuerdos globales. Si Paramount gana la partida, el tablero no se fragmenta: se reorganiza alrededor de otro gran bloque igualmente integrado. En ambos escenarios, la dirección es clara: menos plataformas con más poder de negociación y mayor capacidad de empaquetar audiencias globales.

La conclusión inmediata es que el desenlace está lejos de cerrarse. La OPA hostil de Paramount no solo añade un nuevo postor: convierte la operación en una batalla de época donde cada movimiento tiene coste financiero, impacto político y consecuencias estructurales para el futuro del streaming. Y ahora la pelota vuelve al tejado del consejo de WBD, atrapado entre una oferta pactada, una alternativa en efectivo más alta y un entorno regulatorio que promete ser tan determinante como el propio precio.

Puntos clave:

  • Paramount Skydance eleva la presión sobre Warner con una OPA hostil de 108.400 millones de dólares por el 100% del grupo, frente al acuerdo parcial de Netflix por estudios y HBO Max por 83.000 millones, reabriendo una batalla que parecía encarrilada.

  • La comparación de ofertas no es directa: Paramount ofrece 30 dólares por acción en efectivo por un perímetro más amplio (incluyendo cable y CNN), mientras Netflix proponía 27,75 dólares con caja y acciones por el núcleo de estudios y streaming, con el mercado descontando un riesgo de ejecución elevado.

  • El desenlace dependerá de tres frenos críticos: penalizaciones de ruptura multimillonarias, una financiación compleja para Paramount y un escrutinio regulatorio y político que convierte esta operación en un test de poder sobre el futuro del streaming y la CTV premium.

Este resumen lo ha creado una herramienta de IA basándose en el texto del artículo, y ha sido chequeado por un editor de PROGRAMMATIC SPAIN.

 
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