‘¿Estamos regalando nuestros datos a cambio de nada?’, por Miguel Aguado

Últimamente, en las charlas sobre protección de datos, zero party data y demás a las que me encanta asistir (sí, soy de esos que están ahí entre el público, tomando notas), escucho mucho una frase que resuena en mi cabeza (y qué demonios, yo mismo he dicho en múltiples ocasiones): "Los usuarios son (somos) cada vez más conscientes del valor de los datos y más exigentes sobre el uso que se hace de los mismos". Y basándome en mi propia experiencia profesional, en los datos que veo en el mercado y analizando el comportamiento de los usuarios, siento (y puedo demostrar empíricamente) que, en verdad, cada vez estamos más informados y somos más conscientes sobre qué datos compartimos y con quién. Y si alguna empresa quiere “empujar los límites” ahí está el regulador para ponerla en su sitio (como ya hicieron por ejemplo con Vodafone o Uniqlo).

Pero claro, luego estás alegremente repasando noticias del sector y te encuentras con algunas de ellas que te hacen replantearte todo. Resulta que en ciertos lugares fuera de Europa (gracias, Anu Talus, por mantenernos fuera de la vorágine), un desarrollador de un juego (con un alto componente de gambling, que tampoco es que afecte al resultado final, pero puede darnos pistas de por dónde van los tiros) que fue top de descargas en Japón en 2024 y está arrasando en EE. UU. y China en 2025, ha decidido incluir un "period tracker" para, supuestamente, "dar una mejor experiencia de juego a las mujeres". Literal.

Mis datos de salud son míos. Bueno, y tuyos si te los doy…

La noticia me dejó pensando. No sabemos cuántas usuarias realmente utilizan esta función (si a estas alturas no la han eliminado ya, supongo que no son pocas), pero me hace reflexionar sobre hasta dónde estamos (como usuarios) dispuestos a llegar por una "mejor experiencia". Y ya no te digo como parte de la industria que desarrolla. ¿De verdad vamos a dar datos tan personales como los relacionados con la salud, la religión o el sexo a cambio de… ¿un intangible como el mejor rendimiento en un juego? 

A ver, compartir datos en el mundo digital es casi inevitable. De hecho es fundamental para que funcionen nuestros sites y apps favoritos. Pero, y aquí te lanzo la pregunta estimado lector, ¿no deberíamos ser más conscientes de qué información estamos regalando y a quién y para qué? Parece que en esta era de la información, donde todo se mide y se analiza, estamos despriorizando el valor de la privacidad. Y no hablo solo de la privacidad en términos legales (que también), sino de la privacidad como un derecho fundamental, como algo que nos pertenece y que no deberíamos entregar a la ligera salvo un muy buen motivo.

Este tipo de noticias me recuerda la importancia de seguir informando y educando sobre el valor de nuestros datos, desde la industria y como formadores de las generaciones venideras. Debemos enseñar que existe el derecho a mantener tu información personal en la esfera privada y que debemos ser conscientes de cómo terceros utilizan esos datos, exigiendo que nos lo digan con total transparencia. No se trata de ser paranoicos, sino de ser responsables. No se trata de vivir desconectados, sino de vivir conectados de forma inteligente y segura.

Así que, la próxima vez que te pidan datos (muy) personales a cambio de algo, piénsalo dos veces. Pregúntate si realmente vale la pena, si realmente lo que vas a obtener a cambio es de un valor equivalente al del dato que compartes. Y recuerda, tus datos son tuyos, y solo tú decides qué hacer con ellos, y a costa de qué “precio” estás dispuesto a compartirlos.

Miguel Aguado, Head of Business Partners Advertising de Adevinta

Miguel Aguado

Miguel Aguado es Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones y Máster en Business Analytics y Big Data, aunque en realidad ha estudiado todo esto para intentar vivir de su pasión: la tecnología.

Pero no la tecnología porque sí ahí a lo loco, sino en sus usos dentro del marketing digital y en cómo nos puede ayudar a tomar mejores decisiones de negocio basadas en datos.

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