‘El algoritmo de Ada Lovelace para entender la historia de la mujer en la programación (y la programática)’, por Paola Peinado (Smoot)

Durante mucho tiempo, la manera en la que nos han transmitido la historia ha estado dominada por figuras masculinas como representantes de aquellos hitos que nos han permitido llegar hasta hoy. Albert Einstein, Isaac Newton, Stephen Hawking o Nikola Tesla son nombres que resuenan en nuestras memorias casi como conocidos lejanos. Pero, ¿qué hay de las mujeres? Quizás algún nombre, como Marie Curie, pueda resultarnos familiar, pero, ¿qué pasa con todas aquellas que han tenido una contribución enorme en la ciencia y han pasado desapercibidas? Sophie Germain, Lise Meitner, Emmy Noether, Joselyn Bell o Ada Lovelace son solo algunos ejemplos, ¿cuántas de ellas te suenan? 

Hoy, en el día de la mujer, vamos a hablarte de Ada Lovelace, la visionaria matemática del siglo XIX, reconocida como la primera programadora de la historia. 

Ada Lovelace y su legado

De una familia acomodada del talante de Lord y Lady Byron, Ada Lovelace desarrolló desde bien pequeña un interés feroz por la ciencia que destacaba fundamentalmente en la mecánica y las matemáticas. 

Su cultivada educación y los contactos que llegó a hacer, gracias a sus relaciones familiares, le permitieron conocer a personalidades reputadas en el mundo de la ciencia. Mary Somerville, importante matemática fue su tutora durante muchos años, y gracias a ella conoció al científico Charles Babbage, con quien mantuvo durante muchos años una relación profesional que le permitió continuar formándose como matemática y llevar al máximo su carrera dejando un legado indiscutible para el mundo de la programación. 

Charles Babbage diseñó la Máquina Analítica, una máquina programable que se anticipaba a las computadoras modernas. Ada Lovelace se enamoró de la idea y se volcó al máximo para crear un algoritmo capaz de poner en el funcionamiento dicha máquina.  

En 1842, Ada Lovelace realizó una contribución notable al mundo de la programación al traducir un artículo escrito por el ingeniero militar italiano Luigi Federico Menabrea. Este artículo describía la máquina diseñada por Charles Babbage y La revista Scientific Memoirs encargó a Ada Lovelace la tarea de traducir y editar el documento.

Lovelace no solo se limitó a traducir el texto, también añadió extensas notas que fueron mucho más allá de una simple explicación. En estas notas, aportó sus propias ideas, teorías y reflexiones sobre la máquina analítica, e introdujo el algoritmo destinado a calcular los números de Bernoulli, una secuencia de números importantes en la teoría matemática que permitiría el funcionamiento de la máquina. Además, Lovelace sugirió la idea de que la máquina no se limitaría únicamente a manipular números, sino que anticipó que podría utilizarse para cualquier tipo de información, incluso música y arte, marcando así la visión de una programación general.

Sin embargo, debido a las restricciones sociales de la época que limitaban la participación de las mujeres en ámbitos científicos, Lovelace tuvo que firmar sus notas con las iniciales “AAL” para ocultar su identidad femenina.

La razón detrás de este anonimato era evitar que sus contribuciones fueran desestimadas debido a su género. La sociedad victoriana no estaba lista para aceptar la idea de que una mujer pudiera realizar contribuciones significativas en campos científicos o matemáticos. La publicación del artículo, acompañado de las notas de Lovelace, se hizo bajo el nombre de Menabrea, lo que ocultó durante mucho tiempo la verdadera identidad de la autora de las ideas revolucionarias que acompañaban la traducción.

A pesar de las limitaciones impuestas por la sociedad de su tiempo, las contribuciones de Ada Lovelace resultaron fundamentales. Sus ideas innovadoras sobre la máquina analítica sentaron las bases para el desarrollo de la informática y la programación, marcando un hito significativo en la historia de la tecnología.

Las anotaciones de Lovelace son especialmente notables porque van más allá de ser simplemente instrucciones de programación. Describen cómo la máquina podría manipular símbolos y no solo números, lo que la convierte en la primera aproximación a lo que hoy conocemos como programación de propósito general. Su visión la llevó a ser reconocida como la primera programadora de la historia, estableciendo un fundamento crucial para el desarrollo posterior de la informática y la programación.

La mujer en la programación a lo largo de la historia

A lo largo de la historia de la informática, mujeres notables como Grace Hopper y Margaret Hamilton han desafiado valientemente las barreras de género, dejando una huella imborrable en el mundo de la programación. Hopper, conocida como la "Reina de la informática", fue una pionera en el desarrollo del lenguaje COBOL, mientras que Hamilton lideró el equipo de software del Apolo 11, contribuyendo significativamente al éxito de la misión lunar. A pesar de la discriminación de género que enfrentaron, estas mujeres brillantes demostraron con sus logros que la genialidad no tiene límites de género.

Estos ejemplos resaltan la importancia de abordar la brecha de género en la programación, destacando la necesidad de iniciativas que fomenten la diversidad e inclusión. Superar estos desafíos no solo reconoce la contribución invaluable de las mujeres en la programación, sino que también garantiza que sus habilidades y perspectivas únicas continúen siendo parte integral del avance tecnológico.

La programática. Una nueva frontera

La programática, actual frontera tecnológica que impulsa la publicidad digital y la toma de decisiones automatizada, encuentra sus raíces en la visión pionera de Ada Lovelace. Como exploradora de la programación general en la década de 1840, Lovelace sentó las bases para un enfoque que va más allá de meros cálculos, abriendo la puerta a la versatilidad que caracteriza la programática moderna.

Al trazar la historia de la mujer en la programación y, por extensión, en la programática, es imperativo reconocer la influencia perdurable de Lovelace. Su visión anticipada, que trascendía los números para abordar tareas expresadas mediante símbolos, no solo influenció el campo de la programación, sino que también dejó una impronta única en la evolución de la programática. 

En la programática actual, donde los algoritmos toman decisiones instantáneas para personalizar la publicidad y la interacción digital, debemos recordar que estas innovaciones son el resultado de una historia más amplia. La visión de Ada Lovelace se manifiesta en la forma en que la programación automatizada no solo calcula, sino que interpreta, adapta y transforma la experiencia digital. En este contexto, la historia de la mujer en la programación se entrelaza con el presente y el futuro de la programática, recordándonos que la diversidad de perspectivas y la inclusión son elementos esenciales para la evolución tecnológica sostenible.

Ada Lovelace no solo fue la primera en programar, sino que abrió la puerta para todas las mujeres que la siguieron. Comprender la historia de las mujeres en la programación es crucial para construir un futuro más inclusivo y diverso. Sigamos el legado de Lovelace, trabajando juntos para crear un espacio donde todos, independientemente del género, puedan contribuir a la próxima era de la programática.

Por Paola Peinado Sánchez de las Matas Head of Marketing en Smoot

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