Infraestructura IA: la nueva oportunidad del M&A corporativo

Las grandes corporaciones han dado un giro estratégico en su forma de abordar la inteligencia artificial (IA) este 2025. Si durante los últimos años la tendencia fue externalizar servicios o depender de APIs de terceros, este año asistimos a un movimiento claro: las empresas líderes están comprando compañías de infraestructura tecnológica (hardware, plataformas, talento) para incorporar la IA de forma estructural y estratégica.

Desde Pipeline Capital, observan este fenómeno con atención porque marca un punto de inflexión en la forma de diseñar el crecimiento inorgánico en el ámbito tecnológico. No se trata sólo de invertir en IA, sino de adquirir las capacidades necesarias para controlarla, escalarla y monetizarla directamente.

De clientes a propietarios: el cambio de enfoque

Casos como el de ServiceNow comprando Moveworks (plataforma de IA conversacional empresarial) por más de 3.000 millones de dólares o la adquisición de WalkMe por parte de SAP por 1.500 millones, son sólo la punta del iceberg y un perfecto ejemplo. Esta ola de adquisiciones revela una conclusión clara: la ventaja competitiva futura de las empresas dependerá también de poseer y controlar la infraestructura sobre la que se entrena y ejecuta la IA.

En Pipeline Capital, observan que, a diferencia de los años anteriores (donde abundaban partnerships o contratos de licencias), hoy el interés se traslada a operaciones de M&A en verticales como:

  • Plataformas de MLOps y AutoML

  • Startups de hardware especializado (GPUs y edge computing)

  • Infraestructura de datos (data pipelines, cloud híbridoo data catalog)

  • Herramientas de gobernanza e integración de modelos

¿Qué buscan los compradores en este tipo de targets?

Desde su experiencia, Pipeline Capital, al asesorar tanto a empresas tecnológicas en crecimiento como a compradores estratégicos, identifica una serie de características clave que elevan el valor de estas plataformas en procesos de M&A:

  • Recurrencia y retención: Los modelos SaaS con clientes fieles y bajo churn son especialmente atractivos.

  • Capacidad de integración: APIs abiertas y facilidad para conectarse con sistemas existentes lo cual genera sinergias inmediatas.

  • Diferenciación tecnológica: Algoritmos propios o modelos con ventajas competitivas claras generan un valor único.

  • Capacidad de escalar internacionalmente: Muy valorada especialmente por compradores norteamericanos o asiáticos por su visión global.

  • Talento fundador: Los equipos técnicos con visión de producto y liderazgo suelen ser percibidos como activos clave por su escasez.

Una nueva ola de M&A tecnológica está en marcha

Según Reuters, el peso de las operaciones de infraestructura de datos dentro del total de transacciones tecnológicas ha crecido del 17% en 2023 al 25% en los primeros cinco meses de 2025. Esto confirma que el interés por la infraestructura como palanca para escalar la IA es más que una tendencia: es una apuesta estratégica consolidada de las grandes corporaciones y una gran oportunidad para los emprendedores.

El sector financiero, la industria logística, la automoción y el retail están liderando esta ola de compras, buscando adquirir compañías con tecnología que les permita controlar sus propios datos, modelos y flujos de trabajo inteligentes.

¿Qué esperar del mercado en 2026?

Desde el punto de vista de Rafael Vavrik, Head of M&A en Pipeline Capital International, las previsiones apuntan a una aceleración sostenida en los deals centrados en infraestructura de IA. Con la mejora de los modelos fundacionales y la presión por diferenciarse, las grandes corporaciones están virando hacia una estrategia más verticalizada: comprar para construir desde dentro.

Desde Pipeline Capital, ayudan a que esas compras se cierren, y que generen valor estructural para ambas partes. Porque el éxito en el M&A tecnológico no se mide sólo en múltiplos: se mide en visión compartida, integración efectiva y capacidad de transformación. Y esto se hace unicamente si entiendes la tecnología no sólo desde un punto de vista financiero, sino desde su impacto real en el modelo de negocio. 

En el ecosistema actual, donde muchas compañías escalan comprando capacidades tecnológicas clave, tener un socio estratégico que entienda la visión técnica y el negocio es fundamental.

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