El private equity presiona salidas: ¿empujará eso más M&A en tech?
A medida que avanza 2025, los fondos de venture capital y private equity afrontan una realidad que ya no pueden posponer: la presión de sus inversores por obtener retornos a sus inversiones. Después de años marcados por la contención (subidas de tipos, ventanas bursátiles cerradas y una incertidumbre macroeconómica persistente), el M&A tecnológico se ha consolidado como la salida más eficiente y, en muchos casos, inevitable.
Desde Pipeline Capital observan que esta presión está acelerando los procesos de venta y, además, está redefiniendo el tipo de operaciones que se cierran. La liquidez ya no depende de los mercados públicos, sino de la capacidad de estructurar transacciones privadas de forma inteligente, estratégica y bien preparada.
Menos salidas públicas, más deals con lógica industrial
El cambio de paradigma es evidente. Según PwC, entre 2022 y 2024 se acumularon entre 4.000 y 6.500 operaciones de salida aplazadas por la incertidumbre macroeconómica y por la subida de tipos, lo que ahora obliga a muchos fondos a reactivar procesos vía M&A.
Los datos recientes confirman el cambio de rumbo: EY señala que en el primer semestre de 2025 se registraron 215 operaciones de salida por un total de 308.000 millones de dólares, la cifra más alta desde 2022, con un crecimiento significativo de las ventas a compradores estratégicos.
Además, en Estados Unidos el valor promedio de salida ha aumentado un 77% respecto al mismo periodo de 2024, según Ropes & Gray. S&P Global añade que, mientras las IPOs han caído un 31%, las operaciones con compradores industriales se han mantenido estables en volumen y han ganado peso en valor agregado.
Tecnología en el centro de la presión
Pero no todas las verticales sufren esta presión por igual. El sector tecnológico (especialmente en segmentos como SaaS verticalizado, infraestructuras digitales, inteligencia artificial aplicada o ciberseguridad) se ha convertido en terreno fértil para este nuevo ciclo de salidas. Se trata de compañías que recibieron inversión entre 2018 y 2021 y que ahora alcanzan una fase de madurez sin opción clara de salida a bolsa.
“Fondos que antes hablaban de extender runway o esperar la ventana ideal, ahora están pidiento estructurar procesos activos de salida, incluso explorando dual tracks con industriales. La presión es real y está empujando hacia procesos más rigurosos y orientados a compradores estratégicos”, afirma Ángel Fernández Pascual, partner Latam en Pipeline Capital.
Salir bien, no salir rápido
En este nuevo entorno, el éxito no reside únicamente en encontrar un comprador, sino en construir un proceso ordenado, bien estructurado y alineado con la lógica del negocio. En Pipeline Capital acompañan tanto a fondos como a equipos fundadores en ese recorrido, ayudándoles a preparar la compañía para ser adquirida sin perder su esencia operativa ni estratégica.
“Preparar un proceso con tiempo y criterio permite maximizar valor y minimizar riesgos. No se trata de improvisar una venta, sino de construir una salida que funcione tanto para los inversores como para el futuro del negocio”, explica Carlos Gómez, partner Europa en Pipeline Capital.
Esa preparación implica ordenar el stack tecnológico, clarificar la propiedad intelectual, anticipar posibles fricciones culturales post-deal y diseñar esquemas de salida flexibles que permitan earn-outs razonables, integración progresiva o reinversión parcial por parte del equipo fundador.
Expectativas para el segundo semestre
La actividad reciente confirma que el mercado de salidas está reactivándose y que lo hace de forma más inteligente. Las operaciones de salida han alcanzado máximos de los últimos tres años, destaca el aumento del valor medio de las transacciones y los compradores estratégicos están ganando protagonismo en un entorno de menor actividad bursátil.
McKinsey subraya que un 30% de los Limited Partners planea aumentar su exposición a private equity durante los próximos doce meses, pese a que el fundraising cayó un 24% en 2024. Esto apunta a una renovada confianza en el sector, siempre que existan vías claras de salida.
“Estamos en un entorno donde el capital privado empieza a liberar valor de forma clara y el M&A estructurado es la palanca para hacerlo bien”, comenta Pascual.
La oportunidad está en estructurar, no sólo en vender
Para los fondos que gestionan participadas tecnológicas y para los emprendedores que ven cerca una posible venta, 2025 es un año clave. La preparación anticipada, la elección adecuada de posibles compradores y la alineación estratégica entre partes son factores que hoy, más que nunca, marcan la diferencia.
La presión del capital es real, pero también lo es la oportunidad de crear salidas exitosas que multipliquen valor. En Pipeline, creen que el M&A, bien entendido, no es el final del camino, sino el siguiente capítulo en la historia de una compañía tecnológica con ambición.
Contenido ofrecido por Pipeline Capital
